Historia


CAMINO REAL DE TIERRA ADENTRO


Desde la época prehispánica el territorio mexicano estuvo interconectado por una extensa red de senderos en el árido norte, en las selvas y tierras bajas del sureste, en el altiplano central y las penínsulas de Yucatán y Baja California; existieron rutas que permanecieron activas hasta la conquista española y dieron origen a los sistemas carreteros del virreinato.


Las vías de comunicación del altiplano eran veredas y senderos trazados para el uso peatonal, debido a que no había animales de carga y de tiro para vehículos. El

trazado respondía a los intereses del imperio mexica: comercio y transporte de tributos, apoyo a las conquistas militares y servicio de correo.

El comercio era monopolio de los pochtecas, nobleza militar que ejercía la doble misión del comercio y del espionaje, pues sus caravanas eran de hecho avanzadas militares que recorrían todo el territorio mesoamericano: al occidente, en la costa del Pacífico, desde el mar de California hasta Soconusco (hoy parte de Chiapas); al oriente, toda la costa del Golfo de México, y al sur, cruzando Centroamérica, hasta Panamá. Hacia el norte, las comunicaciones se interrumpían en el señorío independiente de Michoacán y en la región conocida como la Gran Chichimeca, poblada por grupos indígenas hostiles que nunca fueron sometidos por los mexicas. Se conservaron en la región solamente las rutas que permitieron la protección de las fronteras frecuentemente amenazadas. 2


Los asentamientos humanos que la colonización española organizó en la red caminera apenas modificaron el criterio topográfico prehispánico. La búsqueda de las riquezas mineras fue lo que introdujo cambios porque llevó los límites cada vez más al norte y los poblados surgieron de acuerdo con la explotación de los nuevos recursos. 3 El Camino Real de Tierra Adentro comienza en la Ciudad de México y cruza por el Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Coahuila, Durango y Chihuahua en el territorio mexicano, y, más allá del río Bravo, se prolonga por Nuevo México hasta Santa Fe y Taos. Desde finales del siglo XVI, el Camino Real de Tierra Adentro fue una de las más largas e importantes rutas de toda América: más de dos mil seiscientos kilómetros que comunicaban a la Ciudad de México, sede del poder central del virreinato de la Nueva España, con la ciudad de Santa Fe, capital de la provincia de Nuevo México. A lo largo de ese extensísimo trayecto, prácticamente todos los grandes centros de población del norte novohispano quedaron unidos. Durante cuatro siglos, esos lugares recibieron y enviaron pasajeros y mercancías de todo tipo. 4


Las modificaciones que introdujo el dominio español en la lógica de funcionamiento del territorio mexicano se manifestaron a pocos años de la conquista de México-Tenochtitlan, cuando se descubrieron, en 1546, los importantes yacimientos de plata del Cerro de la Bufa, en Zacatecas. En consecuencia, el tramo del camino que unía la capital del virreinato con esta región fue conocido como el Camino de la Plata. Posteriormente, se prolongó hacía el norte con el descubrimiento de los minerales de San Martín, Chalchihuites, Avino, Mazapil, Sombrerete, la fundación de Durango (y con ello el surgimiento de la Nueva Vizcaya), Guanaceví y Santa Bárbara, en la segunda mitad del siglo XVI; San José del Parral y San Francisco del Oro, a principios del siglo XVII; Santa Eulalia y San Felipe del Real (Chihuahua), en el inicio del XVIII. En este proceso de avance español destacó también la conformación de Nuevo México y la fundación de Santa Fe.5

Durante los siglos XVII y XVIII uno de los objetivos del Camino Real fue abastecer a las misiones españolas dispersadas a lo largo de la vía. Con la fundación de Albuquerque y la ciudad de Chihuahua (1706-1709, respectivamente), el Camino se volvió una de las rutas de comercio y abastecimiento de mayor importancia en

toda América Latina. 6


Además de fungir como eje de la actividad económica, el Camino sirvió, ante todo, de vehículo estructurante de las sociedades del norte. Gracias a él, los asentamientos y sus funciones concretas: reales mineros, misiones, presidio y centros administrativos, formaron un sistema coherente. Además de generar y articular los asentamientos hispanos e indígenas del norte de México y el sur de Estados Unidos. 7 Más de dos décadas después de que los capitanes, soldados y aliados indios de Cortés habían tomado la capital mexica de Tenochtitlan en 1521, la promesa de las grandes riquezas que encontrarían en algún lugar del interior de México seguía obsesionando a exploradores y conquistadores y los movió a emprender diversos intentos de expansión más allá de la tierra ganada en las primeras victorias. En su búsqueda encontraron oro y plata, pero en cantidades relativamente pequeñas. Como lo expresó Philip W. Powell, estos hallazgos fueron lo suficiente para excitar el apetito y mantener con vida el sueño. Durante aquellos años, las mayores esperanzas de riqueza se centraron en las salvajes tierras inexploradas al norte y al oeste de la ciudad de México. 8 El descubrimiento de la plata de Zacatecas fue consecuencia de las exploraciones de las tierras recién conquistadas al norte de Guadalajara, en la Nueva Galicia fundada por Nuño de Guzmán y difícilmente conservada durante la Guerra del Mixtón. 9


Durante la segunda mitad del siglo XVI y después de la toma del Mixtón, se estableció en los cañones de Zacatecas, Jalisco, Nayarit y en el sur de Durango una línea divisoria entre los espacios dominados por los españoles y la zona de refugio de todos aquellos indígenas que rechazaron rotundamente vivir bajo el sistema colonial. Esta situación de una paz relativa entre ambas culturas se mantuvo en la región de los cañones hasta finales del siglo XVI sin cambios significativos. Pero, las minas de plata recién descubiertas iban a provocar un nuevo desequilibrio. Con los hallazgos de las primeras ricas vetas en Zacatecas y Pánuco a partir de 1546, se deshizo la frontera de guerra entre españoles y sublevados, lo cual provoco la llamada Guerra Chichimeca, que duro más de cuarenta años. 10 Hasta que se instaló en 1549 o 1550 una ruta entre Zacatecas y México, mejor conocida como la Ruta de la Plata. Para 1580 los daños causados por los indios rebeldes eran cada vez más cuantiosos; la colonización minera se desmoronaba y el “quinto real”, o 20% de lo obtenido que se le debía a la Corona Española, estaba en plena decadencia, la necesidad de paz obligó al cese de la guerra en los siguientes años. En pocas palabras la Guerra Chichimeca dio paso a la expansión y tardía pacificación del occidente de la Nueva España a finales del siglo XVI. 11


El descubrimiento de la plata permitió el avance hispano hacia el norte del continente, y también el encuentro de los hombres siempre a caballo (mineros, religiosos, hosteleros, arrieros y soldados españoles) con los pobladores de los desiertos chichimecas, expertos conocedores de la geografía regional, conocimiento que aplicaron en su lucha con los invasores de sus territorios. Por ejemplo, no fue casualidad que muchos de los ataques indígenas tuvieran lugar en las proximidades de la zona que se conoció como “Malpaís”, región cubierta de piedras filosas y matorrales que los chichimecas usaban para escapar y refugiarse. Así obtenían ventaja al hostilizar a los viajeros que avanzaban por el cercano Camino Real. La invasión española desencadenó la guerra con los grupos chichimecas durante casi medio siglo en las semiáridas inmensidades y las potencialmente ricas tierras de pastoreo, horizontes apenas interrumpidos por cadenas de roca, sierras desnudas y arroyos de reducido cauce. 12


Después de cuarenta años de guerra se logró el dominio español del Gran Chichimeca, no mediante la guerra, sino a partir de una combinación de diplomacia, compra y conversión religiosa. De acuerdo con el autor Philip W. Powell en el proceso pacificador del territorio hubo cuatro elementos principales: primero, la diplomacia necesaria para atraer a las tribus nómadas al acuerdo de establecerse en paz; segundo, un intensificado esfuerzo misionero que dio cohesión y un objetivo espiritual a toda la empresa; tercero, el trasplante de indios sedentarios a la frontera para poner ejemplo de un modo de vida “civilizado”; y cuarto, el aprovisionamiento de los nómadas y de los colonos sedentarios con fondos de la real hacienda. Gradual proceso de sustitución de los gastos en que antes se había incurrido al intentar la subyugación militar. 13 Los españoles conforme avanzaron fundaron presidios o una misión en cada sitio, lugares que servían como puestos de frontera. Los presidios y penales fueron el germen de las ciudades norteñas, como pueblos fundados para la defensa; muy pronto, los habitantes comprendieron que la defensa dependería de ellos mismos porque se encontraban muy alejados de toda ayuda oficial. 14


La conquista de los nuevos territorios mineros hacia el norte de la Nueva España fue posible gracias a la creación y consolidación de los pueblos de frontera. En

San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende), en San Felipe (también conocido como San Felipe Torres Mochas) y otros poblados más pequeños, los colonos se establecieron mediante la cesión de tierras a cambio de la obligación de residir allí y contar con las armas suficientes para su defensa. También se expidieron licencias para establecer posadas, mesones y tabernas con la obligación de mantener fuerzas suficientes para servir de refugio a los caminantes. Este primer tramo del largo camino hizo posible más adelante la fundación de Nuevo México, Texas y California. 15 José de la Cruz Pacheco Rojas establece que el proceso de construcción del Camino Real de Tierra Adentro en el tramo de Zacatecas a Santa Fe se puede entender a partir de tres grandes momentos de la expansión de conquista y poblamiento español desde el norte novohispano, que derivaron en la formación social y cultural de Nuevo México. Se trata de la expedición de Juan de Oñate a finales del siglo XVI, la campaña de reconquista de Nuevo México por Diego de Vargas de finales del XVII y un siglo después, las expediciones que unieron a Santa Fe con Sonora y la Alta California impulsadas desde la Nueva España y más tarde con San Luis Missouri. 16


El primer momento se trato acerca de los conquistadores españoles motivados por la fantasía de la existencia de grandes riquezas en el lejano y desconocido norte. La obtención de riqueza, gloria, prestigio y poder fueron las razones principales. El último conquistador de este rubro fue Francisco de Ibarra, iniciador de la conquista y formación del reino de la Nueva Vizcaya (ocupó el área actual de los estados de Durango, Chihuahua, y parte del estado de Coahuila). Su sucesor en la tarea de expansión española al norte fue Juan de Oñate, quien fomentó la conquista y poblamiento novohispano de Nuevo México, dando inició al ciclo de exploraciones y descubrimientos geográficos, fundación de pueblos, misiones y presidios que culminaría con la posesión e incipiente poblamiento de la Alta California. 17 El segundo gran momento que cierra el ciclo de la expansión novohispana obedeció a la preocupación de la corona española a finales del siglo XVIII por poblar, mantener y consolidar su dominio en el vasto, lejano y desconocido territorio del extremo noroeste de Nueva España frente a la amenaza de los rusos e ingleses por hacerse de esas posesiones. Finalmente, fue así como las expediciones del fraile Junípero Serra y de Juan Bautista de Anza, considerados fundadores de la Alta California y mas tarde, Anza gobernador de Nuevo México. Los frailes franciscanos Silvestre Vélez de Escalante y Francisco Atanasio Domínguez en 1776, trazaron las nuevas rutas de caminos que unieron a Santa Fe y Sonora, Arizona, Colorado, Utah y la Alta California. Esta fase cerró el ciclo de expansión novohispana al extremo noroeste. 18


Por último, en términos generales y prácticos el Camino Real de Tierra Adentro se puede dividir en dos grandes regiones, que serían el Centro y el Norte del territorio de la Nueva España. Esta división responde a las diferencias tajantes y propias de cada región. Refiriéndose específicamente al norte novohispano, su conformación en la época colonial puede explicarse por medio de los siguientes elementos: el establecimiento del Camino Real, las rebeliones indígenas y las condiciones geográficas. Estos tres elementos definieron en gran medida el establecimiento de ciudades, presidios, de la arquitectura, la gastronomía, y de diversos aspectos sociales y culturales, de los cuales algunos aún subsisten en la actualidad. El Camino Real fue escenario de diversos procesos históricos, coyunturas sociales y culturales durante los siglos XVI al XIX, de los cuales algunos aspectos sobreviven hasta nuestros días. En este proceso de larga duración jugaron parte, la expansión de la monarquía hispánica que buscaba afanosamente nuevas rutas de comercio hacia Oriente, así como la búsqueda de metales preciosos que sirvieron para sostener, tanto las conflictos europeos como un sistema monetario que posibilitó el desarrollo del capitalismo mundial. 19


Los caminos de una nación pueden llegar a definir y desarrollar a una sociedad, a determinar sus interacciones con otras comunidades y su relación con el entorno

geográfico. El camino Real de Tierra Adentro, con cuatrocientos años de historia, va desde Santa Fe, Nuevo México hasta las tierras centrales de Aguascalientes, San Luís Potosí, Zacatecas hasta la Ciudad de México. El Camino cuenta con antecedentes mesoamericanos, pero fueron los españoles a partir del siglo XVI quienes emprendieron la tarea de crear un camino que conectara los principales centros económicos de la Nueva España y todos los ejes de distribución, los cuales se basaban en los intereses centralizadores de la nueva administración. Sin embargo, el Camino Real también cumplió con una demanda religiosa, pues por ahí pasaban las distintas congregaciones para llegar a diversas regiones que requerían ser evangelizadas. Si bien, esta ruta fue creada para conectar diversas actividades a lo largo del territorio novohispano, también fue testigo y participe de cambios importantes en la sociedad a lo largo del tiempo.


Texto elaborado por Yetsi Guadalupe Villavicencio Balderas

CITAS

1 Lucía García Noriega y Nieto, Carlos Méndez Domínguez (coords.), Camino Real de Tierra adentro: cinco siglos de identidad cultural viva: patrimonio de la humanidad, México, INAH-Gobierno de México, 2016, p. 44

2 Ibíd., p. 44-45

3 Ibíd. p. 55

4 Ibíd., p. 41

5 Ibíd.

6 Ibíd.

7 Ibíd., p. 43

8 Philip W. Powell, La guerra chichimeca (1550-1600), Trad. Juan José Utrilla, México, Fondo de

Cultura Económica, 1977, p. 19

9 Ibíd., p. 27

10 Thomas Hillerkuss Finn, Tomás Martínez Saldaña, “I. Antecedentes. Las Guerras del Camino

Real”, en Tomás Martínez Saldaña, Enrique Lamadrid, Jack Loeffler (comps.), El Camino Real de

Tierra Adentro, México, INAH-Grupo Desea, 2006, p. 26

11 Tomás P. 27

12 Lucía García Noriega y Nieto, Carlos Méndez Domínguez (coords.), op. cit., p 57

13 Philip W. Powell, op. cit., p. 213

14 Lucía García Noriega y Nieto, Carlos Méndez Domínguez (coords.), op. cit.

15 Ibíd.

16 José de la Cruz Pacheco Rojas, “Nativos, criollos y mestizos en la creación del Camino Real a

Santa Fe, Nuevo México”, en Luis Carlos Quiñones Hernández (coord..), Patrimonio e Identidad en

el Camino Real de Tierra Adentro y El Camino Nacional, México, Universidad Juárez del Estado de

Durango, p. 17

17 Ibíd., p.18

18 Ibíd., p. 19

19 Miguel Vallebueno Garcinava, José de la Cruz Pacheco Rojas, “El Camino Real de Tierra

Adentro, Eje De Comunicación Del Septentrión Novohispano”, Xihmai, vol. 9, N° 18, 2014, p. 4



BIBLIOGRAFÍA

  1. García Noriega y Nieto, Lucía, Méndez Domínguez, Carlos (coords.), Camino Real de Tierra adentro: cinco siglos de identidad cultural viva: patrimonio de la humanidad, México, INAH-Gobierno de México, 2016. 319 p.
  2. Martínez Saldaña, Tomás, Lamadrid, Enrique, Loeffler, Jack (comps.), El Camino Real de Tierra Adentro, México, INAH-Grupo Desea, 2006, 135 p.
  3. Quiñones Hernández, Luis Carlos (coord..), Patrimonio e Identidad en el Camino Real de Tierra Adentro y El Camino Nacional, México, Universidad Juárez del Estado de Durango, 2018, 190 p.
  4. Vallebueno Garcinava, Miguel, de la Cruz Pacheco Rojas, José, “El Camino Real de Tierra Adentro, Eje De Comunicación Del Septentrión Novohispano”, Xihmai, vol. 9, N° 18, 2014.
  5. W. Powell, Philip, La guerra chichimeca (1550-1600), Trad. Juan José Utrilla, México, Fondo de Cultura Económica, 1977, 306, p.



Please wait while flipbook is loading. For more related info, FAQs and issues please refer to DearFlip WordPress Flipbook Plugin Help documentation.

\

Ricardo Flores Magón 1.

Col. Nonoalco-Tlatelolco C.P. 06995.

ccutlatelolco@gmail.com

5117 2818 ext. 49613

Más sobre el CCUT

Seminario

Memorias

Resistencias

Comunidades


Síguenos

Twitter

Facebook

Youtube


Esta página y el contenido de la misma se encuentran protegidos por propiedad intelectual, confidencialidad entre las partes, así como por normativa general y universitaria vigente de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales. UNAM-CCUT.