Obliga a reflexionar sobre el trazado de las fronteras físicas, pero también de aquéllas que resuelven o quisieran resolver la proximidad entre los seres humanos.
• Desnuda las desigualdades y discriminaciones; pone en tela de juicio la legitimidad de los poderes que las administran.
• La metáfora del distanciamiento social no es más una metáfora. Las políticas previas dispuestas para la solidaridad social, la salud y la educación se han revelado muy precarias.
En esta misma hebra, cabe reflexionar sobre los modos del poder que, dando la espalda a los valores democráticos, buscan reinstaurar asimetrías arbitrarias a partir de la disputa por la veracidad y la legitimidad de los datos, la información, su interpretación y sus voceros.
La pandemia hace urgente reconsiderar la relación arbitraria e incoherente entre los seres humanos y la biología del planeta.
El coronavirus desvela la arrogancia que solemos dispensar al sistema vital del que formamos parte. Urge una vuelta sincera a la ciencia que se pone al servicio del entorno y el ambiente.
Es una realidad incontrovertible del futuro cercano.
Lo es en todas sus virtudes, pero también en sus deficiencias: límite y alcance de lo que puede significar la nueva época.